Crisis de los moteles no la salva ni San Valentín

La demanda por las habitaciones de hoteles en el día de los enamorados ha disminuido en los últimos años. En cuatro de los cinco negocios de este tipo que existen en la carretera que conecta a Caracas con los altos del estado Miranda cuenta que la pasión pasó a ser un “mito”


En los 14 kilómetros que separan a Caracas de San Antonio de los Altos, una ciudad satélite en lo alto del estado Miranda, están asentados cinco moteles. La mayoría tienen más de una treintena de años funcionando en la zona, por lo que para muchos caraqueños –quienes son ajenos al congestionado tráfico de la vía en días de semana- esta carretera es sinónimo de encuentros amorosos fortuitos.
Es miércoles. Son las 10 de la mañana y ya tres carros coinciden a las puertas del Hotel Orquidea, esperaban en fila para ser atendidos por un recepcionista anónimo, que se oculta tras una ventanilla oscura con un pequeño parlante para permitir la comunicación. Allí el precio de una habitación –tienen 300 en total– ronda entre Bs.F 300 y 400, de acuerdo a comodidades adicionales como jacuzzi.

Esta motel, al igual que el resto en la zona, puede que no reciba muchas más visitas en el día. Uno de sus encargados –que prefiere no dar su nombre– explicó que entre semana apenas se utilizan entre 10 ó 20 de sus habitaciones: “Esto ya no tiene tanto movimiento como hace diez o 15 años atrás”, lamenta. Tampoco tiene esperanzas de que la situación mejore este 14 de febrero, cuando se celebre el Día de los Enamorados.
“Eso es un mito, ya no se hacen largas colas para acceder el 15 de febrero a estos moteles como antes”, dice Aura Martínez, encargada de la recepción del Hotel Las Vegas. Muchos menos este año, que la fiesta cae lunes: “para que se nos llenen todas las habitaciones –170 en total– tiene que, por ejemplo, coincidir un viernes con un día de pago".

Periodo negro
En la Federación Nacional de Hoteles de Venezuela (Fenahoven) no llevan un registro específico sobre la situación de estos negocios de alta rotación para encuentros amorosos. Sin embargo, recuerdan que hasta mediados de 2010 la actividad del sector en general cayó en 6,12%, sin incluir las pérdidas que se generaron producto de la obligación que tuvieron de ceder sus habitaciones –tan sólo en Caracas fueron 1.200– a favor de los damnificados por las lluvias desde finales de noviembre. 
Enero es por demás un mes de bajos ingresos para estos moteles de la carretera Panamericana, que conecta a Caracas con Los Teques. “Muchas fábricas que hay en la zona están cerradas, y ese es nuestro principal público entre semana”, explica un mesonero del Hotel Colonial, que a mediodía todavía no había sacado su primer pedido del restaurante.
En el Colonial tienen disponibles 300 habitaciones, así como alrededor de 55 empleados, entre camareras, mesoneros, centralistas telefónicas y cocineros. “Hace como diez años atrás sacábamos como 120 platos de comida diariamente, ahora sólo los días buenos llegamos a 80”, cuenta.

Cuestión de ofertas
El último motel que se abrió en la zona fue Bosque Dorado, hace seis años. Es el más costoso entre los cinco, pues las habitaciones más económicas superan los Bs.F 600 con un límite de tiempo de seis horas de estadía. Sin embargo, su gerente de mercadeo, Víctor Jiménez, asegura que “nosotros no hemos sentido una disminución de la clientela. Se ha mantenido, cada vez hay más asistencia e incluso hace poco reformamos las habitaciones”.
El Bosque Dorado es el que cuenta con menos habitaciones, sólo 105, pero venden sus habitaciones como las más lujosas. También se paga por eso, puesto que una estadía de 12 horas en alguno de sus cabañas temáticas podrían costar más de un millón de bolívares. “Este es un motel donde no se entra escondido, se entra para disfrutar”, está convencido Jiménez.
Entre lunes a jueves sólo 40% de las habitaciones del hotel de Jiménez se llegan, aunque asegura que “el resto de la semana esto parece un McDonalds por la cantidad de gente que viene”. Incluso, pese a que reconoce que, como al resto de sus colegas de la zona, el rumor de que los hoteles están ocupados por damnificados también les ha espantado algunos clientes en las últimas semanas.
“Nos llaman personas preguntándonos si estamos ocupados o pueden venir”, explica una de las centralistas telefónicas del Hotel Orquídea. Los trabajadores temen que, como ocurrió con los moteles del mismo tipo que están en la vía entre Caracas y El Junquito (hacia el norte de la capital), el Ejecutivo decida tomarlos para buscarle una rápida solución a la crisis habitacional.  

Juan Pablo Arocha / @jparocha

1 comentario:

  1. Diría el Comandante que no estamos en tiempos de jacuzzi Juan Pablo! jejeje

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